Soy (Toni Benavente)

No soy de derechas ni de izquierdas,
soy un votante frustrado,
huérfano de promesas rotas,
desnudo en la plaza del desencanto.

No soy judío, ni musulmán, ni católico,
soy un creyente olvidado,
que reza en silencio
a un dios despiadado.

No soy blanco, ni negro, ni amarillo,
soy un simple ser humano, sin marcas,
una voz ahogada en el humo
de banderas que se devoran unas a otras.

No soy rico, ni pobre, ni de clase media,
soy un humilde artesano,
que moldea con sus manos el pan
que otros devoran con dientes de acero.

No quiero muros ni rejas,
quiero abrazarte a ti, hermano,
antes de que la pólvora
borre el nombre de la memoria.

No necesito guerras disfrazadas de paz,
la paz está aquí,
a tu lado,
en los brazos de tu enemigo,
en las lágrimas que derraman los que quedan,
en el perdón que nunca llega.

No en los disparos.

No en las bombas inútiles.

No en la masacre.

La paz,
si alguna vez existió,
se esconde en el silencio
que llega después de los gritos.

Yo soy un cuerpo cualquiera
que sangra igual
bajo cualquier bandera.

El que construye con las manos
lo que otros destruyen con gritos.

¡Soy un ser cansado de mendigar migajas,
de ver cómo juegan con mi hambre
mientras reparten banderas como cuchillos!

¡Soy un creyente olvidado,
abandonado por dioses sordos
que no bajan a las trincheras
donde caen nuestros hijos!

¡Soy un cuerpo roto,
una voz que se ahoga en el humo
de las bombas inútiles!

¡Soy quien intenta construir puentes
mientras tú levantas muros de miedo!

¡Escúchame de una vez… maldito!

Pues tengo la garganta rota de tanto llorar.

De llorar por el asesino

De llorar por el asesinado De llorar por este mundo sin sentido.